LA SIMBOLOGIA DEL APOCALIPSIS

– El 6: es algo imperfecto; impotencia para llegar a 7. Por eso, la bestia enemiga de Cristo se llama 666, o sea, la que nunca logra llegar a la perfección en nada.

– El 7: es un número que significa perfección, algo completo.

– 3 y medio: o sea la mitad de 7: es señal de algo que dura poco y luego pasa. Así las persecuciones de los buenos duran 3 y medio de años.

– 1.000: es el número inmenso, indefinido. – Gran Dragón: Satanás.
– Las bestias: los enemigos de Dios, muy poderosos y se encuentran en todas partes. Pero al final son derrotados. Hay dos bestias: la primera es el Imperio Romano, con sus autoridades (10 cabezas) y su mucho poder (siete cuernos), pero también es personificación de todo poder humano y político que oprime a la Iglesia. La segunda bestia es un falso cordero, o personificación de las falsas doctrinas y falsas religiones o falsos maestros que seducen a la gente.

– La mujer es la Iglesia. La tradición ve también en ella a María.

– Una estrella significa un ángel.

– Un candelabro representa una iglesia particular.

– Las siete lámparas de fuego evocan a los 7 espíritus de Dios. Parecerían los mismos de Tobías 12, 5.
San Victorino, cuyo comentario es el más antiguo de los escritos en latín, ve en estos siete espíritus como en las siete lámparas (4, 5), los dones del Espíritu Septiforme.

– Los 7 cuernos y 7 ojos del Cordero: indican plenitud de poder (cuernos) y perfección de ciencia (ojos).

– El libro es la misma historia humana, que esconde dentro de ella el designio misterioso de Dios sobre los acontecimientos.

– Los cuatro caballos: los caballos, rojo, negro y verde, indican las grandes plagas de la humanidad: la violencia, la injusticia social y la muerte, con todos los males que acarrean. Y el caballo blanco representa a Cristo resucitado que combatirá y vencerá a esos otros caballos.

– Los siete sellos: el quinto sello son los mártires que piden justicia por su sangre derramada. El sexto sello indica la llegada del gran día de la cólera de Dios sobre las divinidades paganas (astros) y la derrota de la maldad (los poderosos). El séptimo sello con las siete trompetas que anuncian solemnemente la presencia de Dios en la historia, que va destruyendo todas las fuerzas del mal y propiciando la conversión de los hombres.

– Los ciento cuarenta y cuatro mil: son el resultado de multiplicar las doce tribus de Israel por doce, y luego por mil que es la cifra de la historia de la salvación. Esta cifra representa a los cristianos que han sido marcados por el sello indeleble del bautismo y que gozan de una especialísima protección divina.

– Los 24 ancianos: son las 12 tribus de Israel más los 12 Apóstoles del Cordero; representan la totalidad de los Santos que han intervenido activamente en la historia de la Salvación.

– Los cuatro seres vivientes: (león, toro, hombre, ángel): significan el mundo de la criaturas, que Dios domina y que están al servicio del Todopoderoso.
La tradición de la Iglesia ha visto siempre en estos cuatro vivientes los símbolos de los cuatro evangelistas: Marcos (león), Mateo (hombre), Juan (águila) y Lucas (toro).

– 666: es la bestia más cruel. Según las reglas de la simbología de número, leído en caracteres hebraicos, este número corresponde a Nerón César.
La cifra no es 777, es decir, crueldad total, sino 666, eso se refiere a una violencia cruel, pero no total.

– Los tres ángeles: son los predicadores del Reino de Dios, los profetas, los misioneros, que anuncian conversión. Son los heraldos de Dios que anuncian el juicio sobre la historia humana.

– Babilonia, la prostituta. Directamente es Roma y el Imperio Romano. Pero también es todo poder político que se opone al plan salvífico de Dios en Cristo.

– Las 7 cabezas son las 7 colinas de Roma y sus 7 emperadores; el sexto es Nerón y el séptimo es Domiciano.

– Los tres espíritus inmundos en forma de sapos: son los mensajeros de la trinidad infernal, en contraposición de la Trinidad celeste, y actúan como sapos en las tinieblas y clandestinamente.

– Gog y Magog: es el proverbial símbolo de todas las potencias hostiles al pueblo de Dios, las cuales combaten a la Iglesia con poderes terrenales, animados por Satanás.