“ Os bendigo en mi vida y después de mi muerte, en cuanto puedo y más aún de lo que puedo, con todas las bendiciones con que el Padre de las misericordias bendijo a sus hijos e hijas y los bendecirá en el cielo y en la tierra. El Señor esté siempre con vosotras y vosotras estéis siempre con Él. ”

“ Gracias, Señor, por haberme creado. ”

“ Extiende tus alas de mando sobre los horizontes de mis mundos. No habrá para mí otra voz ni otro rostro que el de mi Elegido. Entre Tú y yo no se interponga otra criatura sino la espada de la fidelidad. ”

«Mírate cada día en el espejo de la pobreza, la humildad y la caridad de Cristo, y observa en Él tu rostro»

«El amor que no puede sufrir no es digno de ese nombre»

«Atiende a la pobreza, la humildad y la caridad de Cristo»

¡Oh pobreza bienaventurada que da riquezas a quienes la aman y abrazan!.

Si sufres con Cristo, reinarás con él;
si con él lloras, con él gozarás;
si mueres con él en la cruz de la tribulación,
poseerás las moradas eternas
en el esplendor de los santos
y tu nombre, inscrito en el libro de la vida,
será glorioso entre los hombres

«Pon cada día tu alma ante ese espejo (Cristo)
y escruta continuamente tu rostro en él,
para poder adornarte de todas las virtudes»

Fuentes:
http://www.la-oracion.com
corazones.org
santafamilia.com